El islote de Sidi Abderrahman, en Casablanca
La ciudad de Casablanca cuenta con muchos lugares sagrados entre sus calles, pero también es posible encontrar alguno en el mar, como el islote de Sidi Abderrahman.
A muy pocos metros de la cornisa de la ciudad, encontramos este misterioso y enigmático lugar marcado por las leyendas más antiguas. Aquí, encontramos la tumba de un morabito, Sidi Abderrahman.
Un morabito es, para los musulmanes, una persona a la que se le atribuye cierta santidad, tanto en vida como tras su muerte. Además, la misma palabra designa el lugar donde vive o vivía, un morabito, o más bien una especie de ermita.
El origen de la ocupación de la isla es todo un misterio en la actualidad. No obstante, las leyendas populares aseguran que Sidi Abderrahman era un hombre de Bagdad que llegó a Casablanca en el siglo XIX y que comenzó a vivir en ella.
Según cuentan, el propio Sidi Abderrahmane aseguraba haber llegado hasta aquí escapando de un mundo demasiado cruel para un hombre santo como él. Así, decidió vivir el resto de sus días en esta pequeña isla, rezando día y noche.
En aquellos días, Sidi Abderrahmane era tan querido en Casablanca, que incluso se le construyó una casa en el islote. Pero él prefería dormir al raso, en contacto absoluto con la naturaleza.
Cuentan de él que tenía poderes, incluso podía andar por encima del agua. No obstante, su mayor poder era el de curación. Por eso, llegaban hasta este lugar miles de peregrinos al año con infinidad de dolencias que imploraban sanación al morabito.
En la actualidad, la isla está habitada por unos pocos visionarios que intentan leer el futuro en las líneas de la mano de los turistas o en el plomo fundido.
El templo en el que el santo está enterrado, tan sólo es accesible a los musulmanes. No obstante, el resto puede visitar sin problema la pequeña medina, un barrio encantador que ha surgido en esta especie de islote, y que sólo puede ser visitado cuando baja la marea.
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