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Dakhla, destino relajado entre la arena y el mar

Hay paisajes increíbles en todo el mundo. Ahora, mientras escribo en mi ordenador, me pregunto cómo haré para conocer todos esos lugares maravillosos. Viviría sólo para viajar. Y Marruecos, no tan lejos, tiene sitios como este que ves en la foto: la Bahía Dakhla. Un sitio donde las arenas del desierto se encuentran con las aguas del océano Atlántico.

Dakhla está sobre la costa sur y la ciudad, como alguna vez lo dijimos, se fundó en 1884 de la mano de los españoles bajo el nombre de Villa Cisneros. Es un pequeño puerto pesquero asentado sobre la orilla de una laguna de aguas turquesas, hábitat de colonias de flamencos rosados y destino usual de delfines jorobados. El contraste entre la arena dorada y las aguas azules es estupendo y por eso mismo los surfistas del mundo entero consideran Dakhla como un destino incomparable.

Las playas están situadas a 20 minutos de la ciudad, por lo menos las playas mas agrestes. Por aquí suelen organizarse campamentos de surf. Se trata de campamentos con gente que llega a practicar este deporte, ya sea en las aguas como en la arena (sí, surf de arena). Viven en carpas comunales en el desierto por algunos días y gozan de buenas duchas calientes aprovechando las termas de Asmaa en las que el agua tiene casi 40ºC. Y si no, siempre te puedes alojar en la misma ciudad.

Las playas mas ventosas, las que buscan los practicantes de kitesurf, están a lo largo de la península y los mejores meses para este deporte son los del invierno, por el viento. La temperatura del agua no varía mucho durante todo el año, ronda los 25ºC.

Marzo es el mes de las competiciones de pesca y windsurf y entonces llegan cientos de turistas en avión desde Casablanca o en vuelos chárter desde las Islas Canarias. Es momento también del Festival Dakhla, de descubrir y escuchar la cultura de las tribus del Sahara. La belleza de un sitio alejado al que llega gente con ganas de disfrutar precisamente de esa silenciosa lejanía.

Foto vía: Paradise in the World