Destino Iknioun, travesía espectacular

Iknioun

Uno de los aspectos más espectaculares del Jebel Saghro es el recorrido entre Tassigdelt, custodiada por impactantes monolitos que se pueden recorrer por un sendero zigzagueante, e Iknioun. Es un dato importante ya que desde Tassigdelt se pueden tomar dos caminos: hacia el norte, que lleva a Tagdilt, donde se puede abordar el autobús hasta el valle de Dades, o hacia Iknioun al este, que es el que nosotros vamos a seguir.

La ruta nos lleva a través un valle de laderas negras; en el fondo corre un riachuelo, y a medida que se asciende la vegetación se hace más abundante y aparecen los campamentos de las familias nómades. El primer objetivo es llegar al Amalou n´Mansour, el pico más elevado del jebel, con sus 2716 metros de altura.

Custodia una meseta helada bajo la cual se encuentran Iknioun y un poblado abandonado que perteneció a una mina de plata. El camino lleva varias horas por lo cual pueden detenerse a comer en el poblado minero cuya exploración es también una experiencia alucinante.

En esta parte el recorrido coincide con la carretera que conecta Iknioun con Boumalne, en el valle de Dades y en el camino encontraremos otro pueblo pequeño. La idea es seguir hasta Iknioun y desde allí decidir si se continúa el viaje hasta Tinerhir o si nos dirigiremos a Boumalne, mejor comunicada por autobús.

Si eligen Boulmane, les interesará saber que la ciudad vieja está abandonada, y la nueva se ha construido en la cima de un precipicio, que regala magníficas vistas de todo el jebel. Aquí hay también antiguos barracones militares abandonados. En la parte baja están los mercados, hoteles, restaurantes y agencias de autobuses.

Si optan por Tinerhir será interesante tener en cuenta que esta ciudad es conocida por su magnífico palmeral; nos hallamos al borde de las Gargantas del Todra, y la ciudad está construida en distintos niveles. Además está muy bien comunicada a sólo dos horas de viaje de los aeropuertos de Ouarzazate y Errachidia.

Desde aquí se puede continuar recorriendo el Jebel hasta las aldeas de Ouaklim y Tikit, en un impresionante altiplano custodiado por siete montañas, detrás de las cuales se encuentra la aldea de los alfareros,  junto a los yacimientos de arcilla con la que producen sus magníficos objetos con un método secreto que se transmite de generación en generación.

Otra artesanía sorprendente son las vasijas de madera para el agua. Los artesanos acostumbran invitar a sus compradores con una taza de té, una oportunidad irreemplazable de conversar tranquilamente con estos amables marroquíes, lejos de los lugares turísticos.

Foto: José M. Lubián

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Categorias: Rutas turisticas


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