Lalla Takerkoust, fresca escapada desde Marrakech

Lalla Takerkoust

La cordillera del Atlas se extiende a lo largo del norte de África; con sus 2.500 Km. de extensión, custodia tres países: Marruecos, Argelia y Túnez.

Su pico más alto es la montaña Toubkal, en el sudoeste de Marruecos, de más de cuatro mil metros de altitud; la cadena separa el Mediterráneo y el Atlántico del Desierto del Sahara. Es un lugar único, con impactantes bellezas naturales y raros representantes del mundo vegetal y animal, muchos de ellos en peligro de extinción.

Precisamente aquí, a 40 Km. de Marrakech y con las montañas del Alto Atlas reflejándose en su espejo, se encuentra Lalla Takerkoust, un lago artificial formado como resultado de la construcción de la represa del mismo nombre.

La represa se construyó en la época del protectorado francés, entre 1929 y 1935, y brinda energía eléctrica a Marrakech y su zona de influencia y también agua de riego para los campos agrícolas de la llanura de Haouz. La represa es enorme: tiene 350 metros de largo y 60 metros de alto.

El lago abarca varios kilómetros cuadrados de superficie pues tiene 7 Km. de largo, y es ideal para una escapada refrescante, ya que ofrece opciones de turismo ecológico y náutico con posibilidades para todos los públicos. El lago está bordeado de playas de acceso público, el escenario perfecto para unas cuantas horas de relax en contacto con la naturaleza.

Hay mucho para hacer en los alrededores de Lalla Takerkoust: varios senderos que se pueden recorrer a pie, en bicicleta o a caballo, incluso algunos especialmente diseñados para cuatriciclos, una opción muy popular. Pero sin dudas la estrella del entretenimiento son los deportes en el agua; se pueden alquilar motos acuáticas y kayaks para explorar el lago, y para los menos audaces hay botes de pedal. Pesca y esquí acuático son también elegidos por el turismo.

También pueden intentar una vista de Lalla Takerkoust desde el aire, con vuelos sobre las estribaciones del Atlas y la llanura de Haouz. Muchos visitantes de Marrakech no saben que, aunque el mar está a 180 Km. de distancia,  muy cerca de la ciudad roja tienen esta fresca opción con sus cristalinas aguas que cambian de color, azules o verdes, según la luz del sol.

Si vuestra idea es quedaros, encontrarán buenos hoteles con opciones para todos los gustos y presupuestos; comer no será problema, ya que hay muchos restaurantes con espectaculares vistas al lago que ofrecen desde comida gourmet francesa hasta la tradicional cocina marroquí acompañada con té a la menta.

Foto: Stéphanie Prineau

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Categorias: Marrakech


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