Cuatro puertos, cuatro escalas, un viaje inolvidable
El crucero es una de las maneras más agradables, cómodas e interesantes de recorrer un país. En Marruecos, los cuatro puertos principales son otras tantas escalas para sus naves de crucero; Tánger, Casablanca, Safi y Agadir nos esperan con sus múltiples atractivos.
En cada escala, un universo y una fisonomía diferentes y siempre la misma autenticidad de una cultura viva.
En Tánger podremos pasear por los zocos y la medina; saborear un té de menta en el café Hafa; descubrir las grutas de Hércules, lugar donde según la leyenda el semidiós de la mitología griega habría descansado después de cruzar el estrecho de Gibraltar; visitar las ciudades de Asilah, Tetuán o Chefchaouen; disfrutar de las playas y practicar deportes náuticos; admirar una puesta de sol en el cabo Spartel, sobre el Océano Atlántico, a 12 km de Tánger, cubierto de hermosa vegetación y que alberga un faro construido en 1865; y finalmente, ¿por qué no? probar suerte en el casino.
En Casablanca, un city tour nos permitirá apreciar a la vez la medina y el sector moderno de la ciudad con sus casas art déco. Indispensable visitar la Gran Mezquita Hassan II, obra maestra de la arquitectura arábigo-musulmana contemporánea. Luego, a recorrer las boutiques de lujo del barrio de Anfa.
Para descansar, la hermosa playa de Bourznika a pocos kilómetros al norte de la ciudad. A la caída del sol, un paseo por las piscinas y playas de la Corniche de Casablanca. Por la noche asistiremos a una carrera de lebreles en el único cinódromo del continente. Podremos terminar la jornada, antes de volver a abordar el barco, bailando en una de las numerosas discotecas de la ciudad.
Safi es una antigua ciudad portuguesa fortificada, célebre en especial por su museo nacional de Cerámica y su barrio de alfareros. A algunos les gustará ir a saborear ostras en Oualidia, otros preferirán surfear en una de las playas más renombradas del mundo para este deporte: Sidi Bouzid. Otra opción es una excursión a la gruta de Gorani.
En Agadir, después de visitar la medina, aprovecharemos la playa y los tres campos de golf en los alrededores de la ciudad (Royal Golf de Agadir, Golf de las Dunas y del Sol). O bien, detenernos en uno de los numerosos spa. En las afueras de la ciudad, está el parque nacional de Souss Massa con sus tesoros de naturaleza viva.
Finalmente, tendremos ocasión de entrar en contacto con el universo preservado de la cultura berberisca en un conjunto de ciudades perfectamente conservadas como Immouzzer-Ida-Outanane, Taroudant, Tafraout, para gozar de un sosiego total.
Foto: Wiki Commons

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