La pequeña Tamegroute y su gran biblioteca

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La historia nos dice que el saber filosófico de la Grecia clásica se hubiera perdido durante la Edad Media de no ser por los traductores de la Escuela de Toledo, punto de encuentro entre cristianos, hebreos y musulmanes, que, especialmente durante los siglos XII y XIII, lograron transvasar todo ese conocimiento al latín, devolviéndolo a la cultura de la Europa occidental.

La localidad marroquí de Tamegroute, a unos 20 Km. al sur de Zagora, en el valle del Draa, era en esa época un importante centro religioso, y es probable que muchos manuscritos hayan pasado por ahí camino de Al-Andalus. Lo que perdura hasta hoy es su famosa biblioteca, que supo ser una de las más ricas del norte de África y la más importante de Marruecos, cuando contenía 40.000 volúmenes.

La mayoría de esos libros fue posteriormente cedida a otros centros de enseñanza, y aún hoy cuenta con más de cuatro mil manuscritos, todos ellos originales, algunos encuadernados en piel de gacela, referidos a muy diversas disciplinas: derecho coránico, historia, álgebra, medicina, botánica, gramática, poesía árabe y amazigh, diccionarios, ejemplares del Corán finamente decorados, y muchos otros temas.

La mayoría están ordenados en estanterías con puertas de vidrio, pero algunos se exponen en cajas de cristal. El estado de conservación de los libros y documentos es muy bueno, gracias a la extrema sequedad del clima.

La biblioteca está situada en un edificio nuevo de una sola planta, y, junto a una mezquita, una madrasa y un morabito donde está la tumba de su fundador, forma parte de la zauia (hermandad religiosa) que se encuentra en el centro de la población. En torno al centro religioso se distribuye una serie de ksur interconectados, que son las viviendas típicamente bereberes a modo de colmena.

La biblioteca se abre para las visitas a primera hora de la tarde. El resto de la zauia está vedado a los no-musulmanes, y sigue siendo lugar de peregrinación adonde llegan personas necesitadas de ayuda y enfermos que buscan la baraká (bendición) del sheik.

Otro lugar muy agradable e interesante para visitar es la cooperativa de alfareros, ya que podrás ver trabajar a los artesanos, que fabrican y venden las piezas de cerámica en el acto. El estilo y la técnica fueron importados de Fez.

Si decides dar una caminata por los ksur te asombrará ver los contrastes entre calles de diferentes niveles, las que van por la superficie y las subterráneas.

La zona suele ser lugar de paso de turistas que transitan hacia el Sahara para disfrutar de las espectaculares y próximas dunas de Tinfou, o hacia el Erg Chigaga, desierto adentro. Sin embargo, vale la pena detenerse un día o unas horas para una visita a Tamegroute.

Foto: Wiki Commons

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Categorias: Pequeñas ciudades de Marruecos


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