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Los oasis de Akka y la vida tradicional

El atractivo de Akka, en la región del Marruecos sahariano, no se encuentra tanto en la ciudad en sí, que es poco más que un centro administrativo, sino en los oasis situados al norte de la ciudad, zona de fuentes y lagunas, donde prosperan aldeas cuyo estilo de vida conserva los rasgos tradicionales lo mismo que la vestimenta de sus habitantes y sus sencillas viviendas construidas en un material rojizo.

Te encantará conocer esos pueblitos tan peculiares y admirar la magnífica belleza del paisaje que los rodea. Cuando los hayas visitado, antes de volver a Akka, encontrarás las hermosas lagunas cerca de la fuente que abastece a toda la sociedad de la zona.

Hagamos un breve recorrido por las comunidades de los oasis.  El Oasis de Aït Antar, con sus casas como fortalezas, conforma un conjunto denso y pintoresco, con sólo unos pocos comercios.  El pueblo que le sigue es Tagadirt, con una minúscula zona céntrica, a la vez íntima y atrayente.  Llegamos enseguida a Taourirt, donde apenas salimos del centro, vemos las calles flanqueadas, no por casas, sino por jardines.

Un paso más y estamos en la zona de las piscinas cerca de la fuente. Este sería un buen lugar para nadar si no fuera por el peligro de la esquistosomiasis, una enfermedad infecciosa tropical que afecta a muchos habitantes de la zona, y se transmite por el agua. Hay tres piscinas conectadas, bordeadas de bosques de palmeras a ambos lados. En el lado oeste, se encuentra la comunidad de Aït Rahal, y por el este llegamos a la kasbah. Aparte del pueblo principal de Aït Rahal, algunas pocas casas se ubican justo al pie de la montaña.

La kasbah, aunque tenga sus puertas abiertas, es propiedad privada, quizá tengamos que negociar para obtener un permiso para entrar. De todos modos, el paisaje que la rodea es digno de ser contemplado y admirado, con sus bosques de palmeras, sus grandes y profundas hoyas y la belleza de las lagunas.

Agadir Azro es otro de los pueblos, y es también, por otro lado, una estructura imponente, una fortaleza. La palabra berebere Agadir significa muro, muralla fortificada que encierra una ciudad. El agadir era una fortificación para resguardar alimentos; esto tiene su explicación, porque aquí, en las proximidades del Sahara, la comida es una necesidad tan dramática que en otras épocas eran capaces de entrar en guerra por unas bolsas de grano. Hoy, todo eso ya no existe, pero el agadir queda como testimonio histórico.

Visitar estas aldeas y pueblos, con sus costumbres tradicionales, es como hacer un viaje en el tiempo.

Foto: Looklex