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Las montañas del Rif, para ver y descubrir

En Marruecos, los farallones del litoral y la cadena del Rif ofrecen, entre el mar y la montaña, magníficos senderos para recorrer, relativamente fáciles y sin embargo poco frecuentados. Aunque cercano a Tánger y Tetuán, el Rif permanece aún apartado de los grandes circuitos turísticos, lo que lo hace aún más atractivo para el viajero que busca la autenticidad.

Los picos más altos raramente sobrepasan los 2.000 metros, y un litoral que se extiende a lo largo de unos 120 km. permite disfrutar los paseos a la orilla del mar. Las caminatas suelen partir desde la ciudad de Chefchaouen, y hay buenas razones para que así sea.

Chefchaouen tiene la ventaja de estar situada en un lugar ideal para esta clase de paseos, por hallarse rodeada de parques y curiosidades naturales, como el Puente de Dios en Achkour, un peñasco tendido en forma de arco por encima de un precipicio de 30 metros, y la cascada del río Kelaa, que es la más conocida de la región por su altura y por su gran caudal.  Sólo se puede llegar a ella entre mayo y septiembre.

Aparte de estos dos puntos de interés, la zona es un espacio natural de gran atractivo. El parque de Talembote, que forma parte del parque nacional de Talassemtane, cuenta con un pequeño pantano alimentado por ríos de deshielo, y la vegetación es típica mediterránea: bosques de pinos, encinas y monte bajo, jara, mentastro, zarzas, entre otras plantas.

El parque nacional Talassemtane, al oeste de la cadena del Rif, cubre un macizo montañoso con grandes farallones que se hunden en el Mediterráneo. Sobre los farallones de calcáreo alrededor de Chefchaouen, crecen las encinas verdes, los pinos y olivos silvestres. Es impresionante el contraste entre el blanco y rojo de la pared rocosa y los mil tonos de verde en lo hondo de los valles. Si llevas binoculares, podrás observar, no sólo las aves rapaces como el águila real, sino también las cabras monteses y las gacelas, y con un poco de suerte, hasta una manada de monos magot.

La altura máxima del Rif está a 2.456 metros, en el monte Tidighine cerca de la ciudad de Ketama. Aquí las caminatas son un poco más difíciles.  Esta zona es también dominio de exploración especialmente apreciado por los espeleólogos.

En todos los casos, ya sea que prefieras las salidas en vehículos todo terreno, a pie o a caballo, podrás complementar el descubrimiento de los paisajes del Rif de manera admirable al adentrarte en la cultura de la región. En los rincones escondidos entre montañas, te agradará dedicar algunos momentos a participar de la vida cotidiana con los pastores o los campesinos. Un pequeño obsequio, algún trueque, una modesta comida compartida, lo valioso es el encuentro. Permite que te inviten, disfruta de su sincera hospitalidad. Te servirá para comprender cómo funciona esta sociedad auténtica.

Foto: Wiki Commons