Festivales de Marruecos, para todos los gustos
Como antigua tierra de encuentros, en Marruecos toman especial esplendor los festivales que convocan gente de todos los países del mundo. Festivales de música, de cine, de culturas populares: las ciudades principales proponen manifestaciones originales, muchas veces como ocasión de diálogo entre las culturas de Oriente y de Occidente.
Así, por ejemplo, la ciudad de Tánger celebra su Tanjazz, donde el jazz bajo todas sus formas es invitado de honor. Numerosos conciertos y proyecciones de películas se realizan en el marco de lugares históricos, muchas veces al aire libre, aprovechando el encanto de las noches marroquíes que da a esos eventos una atmósfera especial.
En Marrakech, el Festival Internacional de Cine tiende un puente entre las cinematografías del Norte y las del Sur, con obras donde se mezclan las culturas, las nacionalidades y los idiomas. Han participado en ellos luminarias del séptimo arte, como Alan Parker, Jean-Jacques Annaud, Jeanne Moreau, Francis Ford Coppola, David Lynch, Constantin Costa-Gavras, entre otros.
En festivales de música, se destaca Essaouira, sinónimo de Músicas del Mundo, y Fez, ciudad de alta espiritualidad, donde se celebra un festival de música sacra abierto a todas las religiones.
Eventos especiales son los Mussem, como el Internacional Femenino que se celebra en marzo en la ciudad de Asilah. Son festivales religiosos con tintes lúdicos y sociales, y conllevan la celebración de un zoco, actuaciones de grupos musicales y de danza tradicionales, conformando una celebración que disfrutan por igual lugareños y visitantes.
El mussem es un homenaje a un morabito, un hombre de fe, o un santo que ha hecho algo memorable durante su vida, pero también se celebra un cambio de estación, una cosecha como el Festival de los dátiles en Erfoud, o el de la miel en Immouzer Ida Outanane. Otros están dedicados a la cultura y tradiciones, como el de esponsales en Imilchil, donde se celebran bodas colectivas. Más al sur, hacia Tan-Tan, el mercado camellero ha sido declarado Herencia Intangible por la Unesco. Cerca de Ouarzazate, en Kelaat M’Gouna, se realiza el mussem de las rosas donde los viajeros tienen oportunidad de adquirir cremas, incienso y jabón perfumado con rosa de Damasco.
Dediquemos un párrafo a Asilah, al sur de Tánger, donde se realiza el Mussem de Mujeres. Se encuentra sobre la costa atlántica, es una ciudad de artistas, renombrada por su arquitectura y su animada vida cultural. Es llamativa la blancura de sus casas, con persianas verdes o azules. La antigua ciudad hispano-morisca está rodeada de fortalezas que datan de la época de los portugueses.
La vida de la ciudad se anima notablemente durante la primavera y hasta comienzos del verano, cuando tiene lugar su célebre mussem cultural, con exposiciones de pintura, muchas de las cuales se pueden admirar directamente en los muros de la ciudad, otras en el centro Hassan II en el corazón de la antigua medina.
Otro centro cultural es el que alberga el hermoso palacio de Raissouni, de estilo hispano-morisco. Asimismo, la Gran Biblioteca Príncipe Bandar Ben Soltán, recién inaugurada, provista de la más moderna tecnología, se eleva sobre dos niveles y cuenta, entre otras comodidades, con un auditorium de 650 localidades y un cibercafé.
Verdadera joya de la arquitectura hispano-morisca, la antigua ciudad de Asilah sigue siendo hoy una escala cultural de gran valor.
Foto: Vía Panoramio

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