M´goun, turismo aventura bereber
Ideal para quienes deseen conocer parajes de singular belleza y se animen a vivir ocho días lejos de la sofisticación de la vida urbana, es este recorrido que culmina en el macizo del M’goun, de 4.068 metros de altura, la segunda montaña más alta del norte de África, perteneciente a la cordillera del Atlas.
Por su aislamiento geográfico, visitar estos lugares supone, a la par de un trayecto físico, un viaje en el tiempo hacia un pasado que aquí sigue siendo presente.
La propuesta turística comienza en el aeropuerto de Marrakech, desde donde partiremos en vehículo hacia Azilal y las altas mesetas del Atlas. La ruta domina un uadi bordeado de tierras cultivadas; los uadis son cauces secos que se llenan con agua de lluvia cuando caen fuertes aguaceros. Llegaremos al valle del uadi Lakhdar, donde nos estarán esperando los arrieros con sus mulas; allí acamparemos para cenar y pasar la noche.
A la mañana siguiente se cargarán las mulas, y después del desayuno comenzará un viaje estupendo al corazón del país de los bereberes. Alcanzamos el Uadi Lakhdar en Aguercif y lo remontamos hasta el pueblo de Iguelouane ( 1650 m), donde acampamos. En compañía del guía, podremos acercarnos a la vida cotidiana de las poblaciones, apreciar su carácter, costumbres y tradiciones.
Sigue una nueva jornada de apacible belleza y llegamos al pueblo de Regoult, donde encontramos una pequeña garganta y acampamos cerca de un manantial a 2.600 m. de altura.
En la cuarta jornada, el Tizi Rougoult, a 2860 metros, nos ofrece una vista magnífica sobre el alto valle del Tessaout, premiando nuestros esfuerzos de la mañana. Una segunda quebrada, esta vez a 3200 metros, nos permite alcanzar la meseta de Tarkedit. A través de los que nos parecerán paisajes lunares, llegaremos al sitio donde acamparemos, en las nacientes del Tassawt, a 2950 metros.
El quinto día nos trae la parte culminante de este espléndido paseo: la subida a la cima del M’goun, 4068 metros, que, por supuesto, es optativa. Desde esas alturas, un amplio panorama se abre sobre el alto Atlas central y las grandes extensiones del sur marroquí: estamos entre los bereberes y los saharauis. Satisfechos, regresamos al mismo campamento.
A la mañana siguiente, temprano, comenzará el descenso. Alcanzaremos el Tizi N’Oughouri, 3300m, desde donde tendremos una vista panorámica de las alturas del M’goun. Continuamos a través de Arous y el valle de Bouguemez. Paramos para dormir.
El séptimo día es el retorno a Marrakech, con el cuerpo desintoxicado por la vida al aire libre y el espíritu enriquecido por las experiencias que nos ha tocado vivir, al descubrir otras culturas, tradiciones y magníficos paisajes.
En el octavo día nos despediremos de nuestros guías y acompañantes y de nuestros compañeros de viaje con quienes hemos compartido alegrías y emociones, y será el feliz regreso al hogar.
Foto: vía Panoramio

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