El Sahara por la huella de las antiguas caravanas

Tizin Tichka

Acompañados por un equipo de camelleros saharauis de la región, este itinerario nos propone seguir la huella de las antiguas caravanas que atravesaban el Sahara uniendo África y Europa con los países de Oriente, trayecto que nos llevará a conocer paisajes grandiosos y una población acogedora y simpática.

Partimos de Marrakech en vehículo, y tomamos la carretera a Ouarzazate. Superado el puerto de montaña Tizi’n Tichka (2500 metros de altitud) –nombre que en idioma tamazight significa “paso de las pasturas”–, ya el aire caliente y seco anuncia la proximidad del desierto.

Desde este punto, un desvío conduce al ksar de Telouet, una fortaleza hoy abandonada, que fue, durante el tiempo de la colonización francesa, propiedad del clan Glaui. Aunque en este trayecto la pasaremos de largo, vale la pena conocer un poco su historia.

La Kasbah de los Glaui, sin ser demasiado antigua, es uno de los vestigios más claros del Marruecos de ayer. En el invierno de 1893, cuando el sultán Muley Hassan se vio en dificultades, los dos hermanos Glaui, Madani y T’Hami, lo sostuvieron a él y a su ejército. En retribución, el Sultán les otorgó poder político sobre la zona de Marruecos al sur de las montañas del Alto Atlas. Durante los años siguientes los Glaui fortalecieron su posición, y 20 años más tarde, al llegar los colonizadores franceses, también cooperaron con ellos. Hacia el fin del período colonial francés los Glaui eran casi tan poderosos como el sultán mismo.

Aunque lo que queda hoy es poco en comparación con lo que fue en sus buenos tiempos, y sólo una parte está abierta al público, una visita a esta fortaleza llenará muy bien un día entero. La austeridad de sus muros de adobe contrasta con el lujo de la decoración de estilo andalusí de los interiores, que resulta llamativo en un lugar tan alejado de todo otro centro poblado.

Pero volvamos a nuestro camino. Desde Ouarzazate, después de cargar los camellos, comienza la travesía en caravana; durante cuatro días de marcha pasaremos lentamente de los inmensos espacios desérticos a los palmerales resplandecientes de verdor, de vida y actividad humana.

El último día atravesaremos las dunas del erg Erguibat; el erg es la región arenosa del desierto, por contraposición a la hamada, que es el desierto pedregoso; el erg es el pedregal de cantos pulidos por el viento cargado de arena. Las dunas son acumulaciones de arena y son un rasgo constitutivo del erg.

Después de atravesar las dunas llegamos al fin de nuestro periplo, no lejos de la ciudad de M’Hamid, donde también se organizan jaimas para dormir en las dunas; aquí emprenderemos el regreso a Marrakech por la misma ruta por la que vinimos.

Foto: Pisaprados

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Categorias: Rutas turisticas


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