Jaffar, paraíso de los vehículos todoterreno

Circo de Jaffar

Luego de visitar Midelt podemos conocer sus alrededores, una de cuyas excursiones más famosas es el llamado Circo de Jaffar.  Ubicado al pie del Jbel Ayachi, para conocerlo partiremos de Midelt hacia Tataouine aunque debemos tener en cuenta las dificultades del terreno y el estado de las carreteras; será necesario contratar un vehículo de doble tracción.  Si ha llovido, será necesario efectuar un rodeo por las gargantas del Jaffar, que no debemos dejar de visitar.

Luego de hacer unos siete kilómetros por la ruta hacia Tatiouine encontraremos la ruta N° 13 en dirección a Azrú; la tomaremos para transitarla unos quince kilómetros al cabo de los cuales encontraremos la carretera 3421, parcialmente asfaltada.  Nos conduce hacia la aldea de Ait-Orrhar, que debemos atravesar hasta llegar a otra aldea llamada Ait-Oudene; sólo necesitamos un poco más de paciencia, porque veinte kilómetros más adelante se encuentra la casa forestal de Mitkane que indica la entrada al cañón del Jaffar.

Este es un recorrido sólo apto para audaces; el terreno es escarpado y se puede hacer a pie o en el vehículo todoterreno, descendiendo hasta el fondo del cañón.  El río Jaffar está casi siempre seco, pero a lo largo de milenios ha tallado en la roca este estrecho cañón cuyas paredes color ocre pueden alcanzar hasta los 100 metros de altura.  En los huecos encontraremos algunos ejemplares de enebro perfumando el aire, y a la salida, veremos una edficiación de color blanco: es el sepulcro del morabito Siddi Jaffar.  Una hora más de camino y llegaremos al Circo.

El Circo es un paisaje de sobrecogedora belleza. Es el pico de un antiguo glaciar excavado en las rocosas laderas del Jbel, encerrado entre abruptas paredes, en la cima del Alto Atlas; hasta hace pocas décadas había aquí un bosque de cedros.  Es un lugar muy buscado por los entusiastas del turismo en moto que encuentran aquí pistas para recorrer a su gusto y todas las dificultades y emociones que esperan en su viaje; también se puede acampar.

El paisaje y el entorno son de una estremecedora soledad, en medio de la piedra y el silencio de este lugar habitado solamente por unas pocas familias bereberes, serenas y orgullosas del lugar en el que viven. Ofrecen té e invitan a los turistas a sus casas o se ofrecen para cualquier servicio, al mismo tiempo que advierten a los motociclistas acerca de las condiciones del camino. Pero los alrededores de Midelt todavía nos reservan otras sorpresas.

Foto: Vía Flickr

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Categorias: Pequeñas ciudades de Marruecos


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