Asilah, elegida por los artistas

Asilah

Seis kilómetros al sur de Tánger se encuentra esta bellísima y orgullosa ciudad; los hallazgos arqueológicos revelan que fue una antigua ciudad fenicia del siglo II a.C. y alcanzó gran prestigio en la época cartaginesa llegando a tener su propia moneda. Durante la dominación árabe a partir del año 712 tuvo mucha importancia en el comercio con el sur de España y junto con el crecimiento económico  comenzó a ser atractiva para artistas y sabios que ya la eligieron en aquellos antiguos tiempos.

Lugares para ver: Moulay Bousselham, pequeño pueblo pesquero y playa, con una reserva natural que alberga cigüeñas, garcillas y flamencos rosa, que se puede recorrer en barca desde la playa. Aquí se puede pescar y luego hay lugares que cocinarán el pescado.  Khmiss-Bni-Arrous: Zoco y pueblo santo a 1.200 metros de altitud; el mercado está situado a unos 50 Km. de Asilah y se celebra los jueves. A 25 Km. del mercado está Moulay Abdelsalam, un pueblo santo con más de veinte fuentes y la mezquita en la cima de la montaña con su suelo de corcho.  Asilah forma parte de los recorridos del Legado Andalusí.

Cosas para hacer: recorrer los zocos en los pueblos vecinos como el de Tnine que se especializa en animales; Visitar las playas como la de Las Palomas o Las Cuevas, en dirección a Larache, un precioso paseo porque se puede hacer en un coche tirado por caballos o a pie por el camino que bordea la costa. Cuando baja la marea se deja ver una cueva. Otra playa es Sidi Mugaits, de arena y piedrecillas, y también la playa fluvial Briech, en la desembocadura de un río, a 6 Km. en dirección a Tánger. Playa en la desembocadura de un río. Un poco más lejos se encuentra la Playa de las Barcas u Oued Tahadart, donde se pueden alquilar barquitas para pasear.

Ciudad cultural: la medina de Asilah ganó el Premio de Arquitectura Aga Khan; el barrio está restaurado y encanta con sus casas blancas de postigos verdes y azules.  Las murallas se levantan sobre el acantilado y tienen tres puertas monumentales y una plaza central con una torre del siglo XV llamada Ibn Khaldoun Al-Kamra.   Moussem cultural: se realiza en verano, atrae artistas que pintan hasta las paredes de la ciudad y tienen sus talleres en las calles estrechas de la medina. Palacio Raissouni, impresionante casa morisca donde funcionan un centro cultural y la Gran Biblioteca Príncipe Bandar bin Sultan, dotada de los últimos adelantos tecnológicos, su auditorio tiene capacidad para 650 espectadores.

Foto: Vía Flickr

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Categorias: Pequeñas ciudades de Marruecos


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