Larache, encuentro de culturas

Larache

Larache, con sus edificios de estilo neomorisco ubicada a 150 Km. de Rabat, es una ciudad encantadora alejada de los circuitos turísticos tradicionales. Los blancos muros de sus casas se extienden al borde de una meseta de roca sobre los meandros del río Loukos; muy cerca se encuentra la antigua ciudad de Lixus, un recorrido excepcional.

Larache, a 88 Km. de Tanger, es bastante nueva; recién se la menciona a partir del siglo XIII y su nombre se debe a la existencia de plantaciones de vid. En 1471 esta zona fue conquistada por Portugal, que no ocuparon la ciudad sino que intentaron construir una fortaleza sobre el río Loukos llamada la Ilha Graciosa, pero no tuvieron éxito y la ciudad volvió a manos de los marroquíes.

La ciudad sufría frecuentes ataques piratas y esto motivó que fuera ocupada por España durante casi setenta años, y aunque fue nuevamente recuperada por los marroquíes en 1689, la pertenencia a la corona española continuó hasta bien entrado el siglo XX.

La plaza central, llamada Plaza de la Liberación y antes Plaza de España, es el punto de encuentro de la medina marroquí con la ciudad nueva española, con un fuerte contraste entre las callejuelas misteriosas y las amplias avenidas. Sin embargo los edificios a los lados de la plaza se han construido en un estilo neomorisco que actualmente albergan hoteles y cafés.

La mayoría de los edificios emblemáticos de la ciudad se encuentran alrededor de la plaza por lo que es fácil recorrerlos a pie. Aquí veremos las cúpulas azules de la iglesia de Nuestra Señora del Pilar, y luego una fortaleza que no se puede visitar, construida a principios del siglo XVII llamada el Castillo de las Cigüeñas; muy cerca el Museo Arqueológico y un mirador hacia el puerto.

Otra avenida nos conduce al Mercado Central, un sorprendente edificio español que alberga un verdadero espectáculo de colores, aromas y animada vida comercial. La avenida Espagne culmina en la Corniche, el paseo costero sobre el océano, en cuyo extremo norte se encuentra Kebitat, la fortaleza de las pequeñas cúpulas, y al sur, hacia el faro, nos lleva a dos cementerios: el musulmán y el español, donde descansan los restos del novelista francés Jean Genet.

La medina o ciudad vieja también se puede recorrer; se entra por una puerta monumental, Bab el Khemis, y alberga la Alcaicería o mercado pequeño, rodeada de galerías y columnas pintadas de azul, muy pintoresca y concurrida. Atravesando la medina podemos llegar a la Bab al Marsa, la salida al puerto, bordeada de antiguas casas árabes, judías y españolas construidas junto a las antiguas murallas.

Foto: vía Flickr

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Categorias: Pequeñas ciudades de Marruecos


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