Tafraute, la tierra de los bereberes
Esta ciudad a 145 Km. de Agadir en dirección a Tiznit nos espera con sus poco más de cuatro mil habitantes y sus impresionantes monumentos naturales, como la muralla granítica de Agard Oudad y las gargantas y palmeral de Ait Mansur.
Tafraute es una pequeña ciudad rodeada de montañas , en pleno Anti Atlas. Es uno de los lugares más sorprendentes de Marruecos, por sus increíbles colores al atardecer, las rocas de granito rosado, valles y oasis; además, es el hogar de los bereberes, un pueblo que por haber permanecido mucho tiempo aislado en sus valles, mantiene casi intactas las costumbres ancestrales y la tradicional hospitalidad marroquí.
Uno de los atractivos más sorprendentes de Tafraut son las aldeas fortificadas; para verlas debemos atravesar la llanura de Sous, manchada de verdes y majestuosos arganes de varios siglos de edad. Las principales aldeas fortificadas se encuentran después de Ait-Baha, en medio de profundos valles y protuberancias rocosas en cuyas cimas se encuentran las aldeas, con casas de piedra; la más sorprendente es la de Tizorgan, a la que se debe llegar ascendiendo ciento sesenta y tres escalones hasta la entrada; su particularidad es ser perfectamente circular. La muralla exterior está formada por las paredes de las casas, y posee dos calles interiores, también circulares. Las casas tienen puertas de madera de argan y tejados de esquisto; aquí puede alojarse pues la aldea está siendo restaurada.
Pero dejemos las aldeas fortificadas para conocer Tafraut; la ciudad está en un oasis en el fondo de una hondonada, rodeado de formaciones rocosas, como la barrera caliza del Jebel Lekst, de casi dos kilómetros y medio de extensión; al atardecer su color cambia en pocos minutos, y de noche, con luna llena, el espectáculo es todavía más sobrecogedor.
Tafraut fue fundada por el gobierno colonial francés y su principal característica es el color rosa intenso de las paredes de sus edificios; posee un pequeño mercado y aquí se fabrican las sólidas babuchas que calzan los bereberes. Después de recorrer la ciudad se puede conocer un poco los alrededores, varios paseos de corta duración que se pueden hacer a pie, como por ejemplo llegar hasta el pueblo de Adai, todas sus casas apiñadas junto a la Mezquita pintada de color rojo y con decoraciones de placas de esquisto; las rocas de los alrededores han sido pacientemente talladas por el viento y la erosión, adquiriendo formas extrañas que los lugareños apodan como El Sombrero de Napoleón, La Gacela, o El Dedo, bajo la cual se oculta un pueblo, Agard Oudad, a tres kilómetros de Tafraut.
Foto: Vía Flickr

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