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Sidi Ifni, la ciudad del viento y el Art Deco

Doscientos kilómetros separan a esta ciudad de Agadir; Sidi Ifni es una ciudad atlántica, cercana a Mirleft, enclavada sobre la planicie rodeada de las montañas del Anti Atlas, con sus costas que son un temible acantilado.

Las temperaturas aquí son más agradables que en el interior, aunque no queda fuera del alcance del siroco, un viento huracanado de más de 90 kilómetros por hora, que viene desde el Sahara y se vuelve más fuerte en el norte de África; es una masa de aire caliente, seco y tropical que alcanza los 50 grados. Produce clima seco en la costa del norte africano, tormentas en el Mediterráneo y clima húmedo y frío en Europa. Se produce durante el otoño y la primavera con máximos en marzo y noviembre. Es tan particular que llega a producir, en algunas personas, cambios de humor o dolores de cabeza y se ha usado como atenuante en conflictos judiciales. Hasta Thomas Mann escribió sobre este viento en la novela Muerte en Venecia. Por esto, quizás, el ritmo de la cuidad es más tranquilo que el del resto de las costas de Marruecos.

De reciente pasado ligado a España y declarada territorio marroquí en 1969, Sidi Ifni posee construcciones de estilo colonial entre las que se destacan: el Palacio Real, el de Justicia que era una iglesia, la plaza en honor a los españoles o Hassan II. También muchas mezquitas modernas son dignas de una visita.

Durante Junio y por toda una semana, se celebra el moussem local con artistas folklóricos, música, comida y actividades típicas del Sahara. Para quedarse a disfrutar hay una serie de hoteles, en su mayoría familiares donde lo atenderán de manera muy amistosa y algunos restaurantes donde podrá saborear los platos típicos locales.

Las playas son muy lindas y tranquilas, la más importante es la llamada Blanche, por sus 50 kilómetros de arenas completamente blancas. Se pueden practicar deportes de playa, pero no se recomienda surfear a menos de que sea profesional ya que las olas se vuelven enormes rápidamente y golpean con bastante fuerza.

Es la ciudad del Art Deco, y este arte se puede disfrutar en el palacio de Hassan II. La iglesia ahora está en desuso y lo que en su momento fue el consulado español ahora está vacío. Pero aunque es una ciudad pequeña guarda todo el encanto del tranquilo Marruecos, ideal para los que gustan del turismo con pocos turistas alrededor.

Foto: Wiki Commons