Ifrane, preferida por los reyes y deportistas
En el Atlas Medio, en el camino hacia el sur de Fez y Mekinez, está Ifrane, conocida como “la Suiza marroquí” por el desarrollo urbano, la impecable limpieza, los jardines, las zonas verdes y la arquitectura típicamente alpina.
Fundada por los franceses como centro vacacional a finales de 1820, su pasado no tiene historias espectaculares ni héroes nativos, aunque en el poblado de Tamazigh se descubrieron cavernas neolíticas a las que le debe su nombre, que significa “Las Cuevas”.
Actualmente es la capital de la provincia y sostiene el mismo espíritu turístico; la visitan no solo extranjeros sino también las elites más acaudaladas de Marruecos. Aquí pasan sus ratos de ocio, en invierno y verano, el rey Mohammed VI y su padre Hassan II. También utilizan la ciudad para realizar las reuniones oficiales.
Aquí se encuentra también está la prestigiosa Universidad Al Akhawayn, en la que estudian los hijos de las familias más pudientes del país; la mayoría viene desde Fez, que está muy cerca.
Es común observar atletas entrenando en los parques y bosques de cedros que rodean la ciudad. El atletismo de medio fondo es deporte nacional y los mejores de Marruecos, incluso el campeón de campeones de 2004, y algunos de los más grandes de todo el mundo, entrenan en Ifrane. La cualidad de ideal, se la dan sus 1700 metros de altitud y el clima fresco y seco que es el mejor para realizar ejercicios aeróbicos.
Hay que dedicar un día a visitar: las calles inmaculadas y el jardín de La Prairie, que tiene un hermoso lago artificial, con preciosos patitos que fueron colocados en el lago con fines ornamentales. La fuente de Vittel y la Cascada de las Vírgenes, forman un recorrido de 3 kilómetros junto a un riachuelo rodeado de bosques y prados. En la zona occidental del Atlas medio comienza una zona cubierta de cedros, encinas, enebros, acebos y otras especies de climas fríos, que llega hasta Khenifra.
En la ruta hacia Azrou, se puede ver el cedro Gouroud que es el más grande de la región, aquí también encontrará puestos que además de vender los recuerdos del lugar tienen acostumbrados a la gente, a los macacos de Berbería, que habitan la región y pueden sacarse fotos y alimentarlos.
En el macizo de Kandar, las vistas panorámicas son excelentes. La cima del Jbel Abad ofrece la vista de Fez, el Inmmuzer, Meknes y la cordillera del Rif.
Foto: Wiki Commons

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