- Sobre Marruecos - https://sobremarruecos.com -

Alrededores de Tanger: cabos, cornisas y miradores

Los alrededores de Tánger están llenos de rincones inesperados; colinas boscosas y costas magníficas y todavía inexploradas, playas y pueblos de pescadores, y el siempre impasible el Estrecho de Gibraltar. Espectaculares al atardecer, luminosos a la mañana, a veces no es fácil llegar pero si lo hacemos nos veremos recompensados.

Aproximadamente a 63 Km. de Tánger en dirección a Ceuta se encuentra el Cabo Malabata, que es conveniente conocer de mañana, pues nos ofrece una vista de 180° del Estrecho de Gibraltar entre pinares.  El lugar merece sentarse a tomar un café en una mesitas a la sombra de los árboles. Desde aquí podremos ir hasta el pueblo de pescadores de Ksar-es-Seghir, sobre una playa de suave pendiente donde estuvo una fortaleza portuguesa; aquí los sábados se forma un colorido zoco al que la gente llega a pie o en burro como desde hace siglos.

Otra playa en las cercanías es Dalia, que se extiende entre dos picos rocosos, y muy cerca la villa de Wadi-al-Marsa, antigua pero bien conservada que nos ofrece una magnífica vista del jebel o macizo de Musa, y en sus faldeos se encuentra el pueblo de pescadores Del Younesh, donde, según dicen, se puede salir en kayak y pescar con excelentes resultados.

Para ver al atardecer, el Cabo Espartel; llegaremos por una carretera que se eleva hacia las montañas regalándonos hermosas vistas de la ciudad. Primero veremos la Montagne, una colina boscosa que servía de refugio a los musulmanes que atacaban Tanger y ahora es un barrio señorial con lujosas mansiones; un poco más adelante el mirador de Perdicaris, desde donde podremos ver el Estrecho entre los pinos. Toda esta parte del paseo nos permitirá, si el día está claro, distinguir la costa rifeña hasta Ceuta y la española hasta Gibraltar.

El cabo Espartel con su faro es el punto más extremo al noroeste del continente africano; muy cerca se encuentran las Grutas de Hércules, paseo muy concurrido; es un acantilado lleno de excavaciones que llegan hasta el mar, algunas naturales y otras artificiales, de ellas se extraía roca calcárea para fabricar ruedas de molino, y es impresionante al atardecer, cuando los últimos rayos del sol se filtran hacia el interior de las grutas.

Detrás comienzan unas hermosas playas de arena fina, y a unos 500 metros de las grutas están las Ruinas de Cotta, antiguo enclave comercial fenicio del que todavía quedan algunos vestigios, como las fábricas de garum, la exclusiva salsa de pescado del imperio romano.

Foto: vía Flickr