Ascenso al Jebel Sirua, turismo aventura del mejor

Jebel Sirua

El Jebel Sirua, un volcán extinguido que se sitúa entre el Alto Atlas y el Anti-Atlas, es el lugar prominente de una zona montañosa, en general poco visitada aunque ofrece las mejores condiciones para la práctica de la escalada.  El paisaje característico de la zona es de altos cerros y profundos valles, con buenos pastos, pintorescas aldeas con casas de piedra y cultivos de cebada y azafrán en forma de terrazas.

La población autóctona pertenece a la etnia amazigh o bereber de los Ait Uauzguit, renombrados por sus alfombras tejidas a mano, y que conservan aún los modos de vida tradicionales de varios siglos atrás.

El ascenso al macizo de Sirua se puede hacer sin guías locales, pues hay una cantidad de elementos naturales que ayudan a orientarse en la zona; la meta del trekking es el Jebel Sirua, un pico volcánico de 3.305 metros de altura sobre el nivel del mar, desde cuya cima se alcanzan a divisar muchos de los picos del Alto Atlas.

El itinerario es uno solo y la subida es accesible incluso para montañistas inexpertos, con tal de que cuenten con buen estado físico, resistencia y que no les afecte la altura, y que además tengan deseos de aprender y experimentar cosas nuevas, y cierta dosis indispensable de autoconfianza.

Las excursiones de ascenso al Jebel Sirua se planifican para varios días de marcha a razón de 5 a 7 horas diarias; el equipaje más pesado se lleva a lomo de mula, y el viajero deberá ingeniárselas para que la mochila que va a cargar con lo necesario para el día sea lo más liviana posible.

Otra de las precauciones es tratar de no llevar envases de plástico para no alterar el entorno natural.  Aunque este ascenso se considera de dificultad moderada, los últimos 25 metros de la subida son más escarpados y requieren mayor esfuerzo y cierta experiencia, así que quizás no todos logren llegar a la cima, pero esto no desmerece para nada la satisfacción y el disfrute del paseo.

El panorama que se ofrece a la vista desde aquellas alturas, el contacto con la naturaleza y con los pobladores locales que iremos conociendo y tratando durante el trayecto, son más que suficiente compensación al esfuerzo realizado.

Esta excursión se puede hacer en cualquier época del año, aunque algunos recomiendan no hacerla en invierno porque el frío puede ser muy intenso.  El recorrido pasa por los valles de Zagmuzín y Uamrán y por algunas aldeas como la de Tisgui.

Foto: Yves75

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Categorias: Naturaleza en Marruecos


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