La madrasa de Ben Yussef en Marrakech

Madrasa Ben Youssef

Cuando estés en Marrakech puedes sacar un boleto combinado para visitar la madrasa, el Museo de Marrakech y el Palacio El Badiin. En el Museo hay un pequeño café que vende bebidas y snacks, donde podrás hacer una pausa y reponer energías.

La Madrasa, o escuela religiosa, es uno de los más llamativos edificios de la ciudad, y tiene la ventaja de que se permite entrar a los no-musulmanes. Su antigüedad se remonta al siglo XVI; fue construido por el sultán Mulay Abdellah, de la dinastía Saadí, en lo que fue la edad de oro de la arquitectura marroquí, como se puede apreciar en los detalles de su elaborada decoración. Y tuvo su minuto de fama cuando sirvió de escenario para una película donde simulaba ser el lugar de retiro de un sultán argelino.

Se entra a través de un pasillo largo y oscuro, que conduce a un vestíbulo cuadrado abierto hacia un gran patio. A la izquierda se encuentra una cubeta para abluciones, de mármol tallado con motivos florales al estilo andalusí.  El centro de la madraza es un gran patio luminoso, con arcadas a ambos lados, un estanque rectangular en el medio y una sala de oraciones. No hay superficie que no tenga alguna decoración.

Las paredes del patio están recubiertas en su parte inferior de azulejos (zellijs), y encima hay una franja con un texto coránico estilizado entretejido con diseños florales con un motivo de estrellas de ocho puntas. Por encima de los azulejos se extienden paneles verticales de estuco tallado, decorados con inscripciones o dibujos geométricos, ya que la ley islámica prohíbe la representación de seres humanos o animales.

La sala de oraciones, finamente decorada, tiene un techo octogonal de madera abovedado, sostenido por columnas de mármol. Las decoraciones de estuco representan motivos de palmeras y caligrafías de textos coránicos. La sala tiene amplia iluminación a través de grandes ventanales coronados por cúpulas de yeso en forma de estalactitas.

Alrededor del patio central están las habitaciones de los estudiantes, dispuestas en dos niveles. Se parecen mucho a celdas monacales, y hasta los años del 1960, alojaban a unos 900 estudiantes de varios países musulmanes.

Fuera del edificio, en dirección norte, hay una fuente histórica, conocida como Shrob ou Shouf. Tiene más de cuatrocientos años de antigüedad y es considerada patrimonio cultural por la UNESCO; su gran dintel de madera de cedro está cubierto de caligrafías de estilo andalusí, y es una reliquia del tiempo en que se consideraba piadoso ofrecer una fuente pública de agua para asearse y beber, una acción que merecía recompensa en la vida del más allá. Una de las inscripciones del dintel invita al viandante a beber y mirar (en árabe: shrob ou shouf).

Foto: Wikimedia

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