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El arte de regatear en Marruecos

En todos los zocos del mundo el regateo es una práctica habitual; en algunos lugares del mundo se puede regatear en todos los lados, pero tenga en cuenta que en Marruecos puede regatear el valor de los viajes en taxi, pero en los negocios o servicios que tienen los precios marcados está mal visto.

En los zocos de Marruecos el regateo llega a ser un arte, pues resulta a veces necesario, pero no hay que pasarse al punto de subestimar el trabajo de los artesanos; lo conveniente es primero averiguar un poco sobre el producto que uno quiere comprar, comparar los precios en otros negocios para llegar a un valor justo para el vendedor y nuestro bolsillo.

Los vendedores ofrecerán primero un valor elevado del producto porque saben que se va a regatear. También si el vendedor pregunta cuánto quiere pagar, lo conveniente es decir un precio más bajo de lo que uno está dispuesto a pagar así le permitimos al vendedor que nos suba un poco el valor. La idea, entonces, es hacer ofertas y contra ofertas que permitan llegar al medio de la escala.

Básicamente, el regateo en el zoco funciona así: del precio que el vendedor pida uno puede empezar bajando el 30 o el 40% del valor y luego ir subiendo de a poco, la idea es que el comprador suba y el vendedor baje la oferta inicial.

Si la cosa se pone medio difícil y no se llega al valor deseado, una treta es fingir desinterés. Pero claro, los vendedores ya la conocen, por lo que al principio dejarán incluso que uno se vaya del puesto, como para asegurase de que realmente no puede pagar el precio al que llegaron, entonces pedirán que vuelva diciendo que aceptan el precio ofrecido. Si el vendedor no llama de vuelta, se puede, o bien intentar en otro puesto o también dejar pasar unos minutos y volver, en este caso el vendedor seguro acepta el precio que se ofreció.

Otra estrategia que se puede utilizar en los puestos de los zocos de Marruecos donde los precios sean en verdad elevados es fingir interés por otro producto que no sea el que realmente se quiere comprar, preguntar el precio, decir que es muy caro, demostrar un total desinterés y alejarse unos pasos del puesto. Volver de repente y preguntar por el objeto que se quería comprar realmente, notará que la oferta es mucho más razonable, ya que a los vendedores ¡les encanta ganar un cliente que creían perdido!

Foto: Vía Flickr